Este enérgico y avispado perro de caza, implacable contra pequeños animales considerados perjudiciales para la industria humana, debe su existencia a la llegada de los comerciantes de vino ingleses que se establecieron en la provincia costera andaluza durante el siglo XVIII. Trajeron con ellos al grupo de perros de los que también se crearían los fox terrier, y que en Cádiz se cruzaron con perros locales, cuya función era la de mantener bajo control la presencia de ratas y ratones en bodegas vinícolas, almacenes de los barcos, puertos y establos.
El resultado de estos cruces fue un tipo de perros particularmente buenos en la caza, y a los que se sometió a un programa de reproducción para que tuvieran mucho blanco en su manto, para distinguirlos en los espacios generalmente oscuros donde realizaban sus funciones.
El ratonero bodeguero andaluz se mantuvo como perro de trabajo en las bodegas de Jerez durante décadas, y era ampliamente conocido en su región hasta la llegada de 1983, cuando Bartolomé Agustín Benítez Perez-Luna realizó los primeros pasos para el reconocimiento de la raza y registró el Club Español del Ratonero Bodeguero Andaluz (CERBA).
En un proceso que siempre es largo y costoso, diferentes criadores y aficionados a la raza elaboraron el estándar que finalmente fue reconocido por la Real Sociedad Canina de España y como raza autóctona por el Ministerio de Agricultura en el año 2000.
En el 2020, el Ayuntamiento de Jerez declaró a la raza Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad, convirtiéndose en la primera raza nativa española en alcanzar este estatus. Es una raza, sin embargo, que aún no está admitida en otras organizaciones cinológicas internacionales fuera de nuestras fronteras.
🐕En #Jerez hemos aprobado declarar el ratonero bodeguero andaluz jerezano como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad
— Ayuntamiento de Jerez (@ciudadjerez) September 30, 2020
⬆️El delegado Rubén Pérez considera que será un revulsivo para la puesta en valor de esta raza tan ligada a la ciudad y las bodegas
📸Foto de archivo pic.twitter.com/nEKT6QlSX7
Valientes, alegres y con genio
Con una apariencia similar al jack russell terrier, el ratonero bodeguero andaluz es un perro de apariencia atlética y delgada, extremadamente rápidos y con fuerte instinto de presa, que requieren una sociabilización temprana si van a convivir con gatos u otros animales domésticos como conejos o hámster para que dicha convivencia sea pacífica.
Al tratarse de una raza cuyo origen era funcional, requiere una actividad media a alta y conocimientos previos de la raza para su introducción en un piso o entorno netamente urbano. Por otro lado, tienen gran predisposición al adiestramiento y se consideran aptos en la convivencia con niños. No se han identificado problemas de salud asociados a la raza y su cuidado es sencillo, gracias a su pelo muy denso y corto.
Los ratoneros andaluces deben mostrar un color con predominio de blanco puro, y manchas negras y marrones situadas principalmente en cabeza y cuello.
Para adoptar un ratonero bodeguero andaluz o sus cruces, se pueden acudir a páginas de difusión como SOS ratoneros-bodegueros o a Grupo de Ayuda a Bodegueros (GAB). En el caso de querer adquirir uno a través de un criador legal, recomendamos acudir al mencionado Club Español del Ratonero Bodeguero Andaluz, donde podrán asesorar e informar sobre la disponibilidad de ejemplares.
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